Branko Crvenkovski

Aunque macedonio étnico, nació en Grbavica, un suburbio del sur de Sarajevo, capital de la vecina república de Bosnia-Herzegovina, donde su padre, oficial del Ejército federal yugoslavo, estaba destinado. Su pertenencia a una familia de funcionarios comunistas de Skopje le aseguró un precoz ascenso en el escalafón de la Liga de los Comunistas Macedonios (SKM), rama republicana de la Liga de los Comunistas Yugoslavos (SKJ), destacándose entre la última generación de militantes llamados a desempeñar cargos de responsabilidad en el partido antes de que éste terminara por sucumbir, en las postrimerías de la década, a las tensiones surgidas después de la muerte de Tito en 1980.

En 1986 se graduó en la especialidad de Robótica en la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la Universidad San Cirilo y San Metodio de Skopje y posteriormente accedió a un puesto de ejecutivo en la compañía Semos, una empresa fabricante de hardware informático, aunque la política pronto monopolizó su carrera profesional. Fue uno de los 31 diputados colocados por la SKM, que en una obligada demostración de aggiornamento ideológico adquirió la coletilla de Partido de los Cambios Democráticos (SKM-PDP), en los comicios pluralistas del 11 y el 25 de noviembre de 1990, los cuales fueron ganados con una mayoría muy leve por la opositora Organización Revolucionaria Interna de Macedonia-Partido Democrático para la Unidad Nacional Macedonia (VMRO-DPMNE).

Esta formación, liderada por el también joven universitario Ljubco Georgievski, presentaba una plataforma intensamente nacionalista, antiyugoslava y de defensa de los intereses de la mayoría eslavomacedonia, el 66% de la población, frente a la minoría albanomacedonia, alrededor del 23%. Por el contrario, los ex comunistas de Crvenkovski, de momento, apostaban por mantener unida la Federación Yugoslava a través de alguna fórmula constitucional aun después de disolverse la ligazón que había supuesto el partido único, la extinta SKJ, y su discurso no incidía en las diferencias étnicas dentro de Macedonia.

Al frente del SKM-PDP se situaba Kiro Gligorov, un veterano colaborador de Tito, antiguo alto responsable en los órganos federales de los poderes ejecutivo y legislativo, y miembro del Comité Central de la SKJ. El 27 de enero de 1991 Gligorov se impuso en la votación asamblearia del presidente de la República y el 20 de abril siguiente Crvenkovski le sustituyó como presidente del partido, en un congreso que de paso transformó al SKM-PDP en la Unión Social Demócrata de Macedonia (SDSM), escenificando una nueva vuelta de tuerca en el proceso de desprenderse de la vieja doctrina comunista. Luego de tantear una fórmula confederal con Serbia y Montenegro, Gligorov optó por un cauteloso proceso de independencia, la cual fue declarada el 18 de septiembre de 1991, diez días después de ganar la sanción popular vía referéndum y cuando nominalmente la institución ejecutiva de la Federación Yugoslava, la Presidencia colectiva, seguía funcionando, aunque en la práctica tal órgano, luego de la retirada de eslovenos y croatas, estaba cooptado por el bloque serbo-montenegrino.

El 17 de agosto de 1992, después de caer el Gobierno de unidad nacional presidido por el independiente Nikola Kljusev y de fracasar el socialdemócrata Petar Gosev en el intento de formar otro ejecutivo, Gligorov encargó el cometido a su joven protegido, Crvenkovski, quien el 4 de septiembre alineó un gabinete de coalición mayoritario multipartito que sin embargo no contó con el VMRO-DPMNE; además de la SDSM, obtuvieron carteras los dos partidos representantes de la minoría albanesa, el de la Prosperidad Democrática (PDP) y el Popular Democrático (NDP), más los pequeños partidos Liberal (LP) y Socialista (SPM).

Con 29 años, Crvenkovski se convirtió en el más joven primer ministro de Europa, coronando una fulgurante promoción política que se debía fundamentalmente al patrocinio de Gligorov y de otro viejo dirigente del comunismo macedonio, Krste Crvenkovski, primer secretario del Comité Central de la SKM en los años sesenta, quien seguía ostentando una alta influencia política en la nueva etapa de Macedonia como república independiente y democrática. Rumores locales arraigados adjudicaban a Branko un vínculo familiar con Krste, e incluso se pensó que podía ser su hijo, pero estas suposiciones no eran verosímiles.

No obstante estar al frente de la institución principal del poder ejecutivo, de acuerdo con el modelo de república parlamentaria definido por la Constitución, en su primera etapa como primer ministro de Macedonia Crvenkovski se desenvolvió como un gobernante escasamente conocido de puertas afuera y un tanto supeditado a Gligorov, que asumió la responsabilidad de pilotar la complicada andadura independiente de un Estado con una identidad nacional cuestionada por los países vecinos y un delicado reparto étnico, susceptible de contagiarse del delirio nacionalista que había prendido, con terribles consecuencias, en otras repúblicas ex yugoslavas. Esta impresión se fue difuminando después del grave atentado de octubre de 1995 contra el casi octogenario presidente, a raíz del cual Crvenkovski asumió un rol político más activo.

Luego de despejar Gligorov los obstáculos en sus contactos internacionales, el Gobierno de Crvenkovski llegó a un acuerdo con la ONU por el que el país ingresó en la organización internacional el 8 de abril de 1993 con el nombre de Ex República Yugoslava de Macedonia (FYROM en su sigla en inglés). Se trataba de una designación provisional, hasta que se acordaran con el Gobierno griego, aferrado a una posición intransigente mientras estuvo encabezado por el socialista Andreas Papandreou, los símbolos y los atributos del Estado macedonio.

Atenas sostenía que el nombre Macedonia y el emblema de la estrella de 16 puntas o sol de Vergina estampado en la bandera eran símbolos exclusivos del patrimonio histórico griego por su relación con el imperio helénico fundado por el monarca grecomacedonio Alejandro Magno en el siglo IV a. C., y temía que su apropiación por Skopje preludiara reclamaciones territoriales sobre la región del norte de Grecia que también se llama Macedonia y que fue el asiento del antiguo imperio macedonio. Como medida de presión, el 16 de febrero de 1994 Grecia aplicó un bloqueo comercial que fue unánimemente rechazado por los demás miembros de la UE, seis de los cuales habían reconocido al país como FYROM el 16 de diciembre anterior. Lo mismo hizo el Gobierno de Estados Unidos, precisamente en febrero de 1994.

En el ámbito interno, Crvenkovski contribuyó a desactivar los periódicos brotes de tensión intercomunitaria mediante el diálogo político entre los partidos y la satisfacción de algunas de las reivindicaciones de los albaneses, que se sentían ciudadanos de segunda, sobre todo en el terreno cultural y educativo. La solicitud a la ONU de una misión de cascos azules como medida profiláctica cuando arreciaba la guerra civil en Bosnia fue satisfecha en diciembre de 1992 con el envío de 700 hombres asignados a la Fuerza de Protección (UNPROFOR). Más tarde, en marzo de 1995, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la creación de una Fuerza de Despliegue Preventivo, UNPREDEP, como operación de mantenimiento de la paz específica para Macedonia.

El daño colateral acarreado por las sanciones internacionales a la nueva Yugoslavia formada por Serbia y Montenegro, las malas relaciones con Albania (inauguradas a nivel diplomático en diciembre de 1993) y el bloqueo terrestre impuesto por los griegos, que cerró la salida al mar Egeo por el puerto de Tesalónica, crearon un entorno de aislamiento que agravó la ya crítica situación económica (sólo en 1993 el PIB se derrumbó un 15%) como consecuencia de la desarticulación del antiguo mercado yugoslavo. El Gobierno de Crvenkovski se esforzó en asegurar las vías de suministro a través de Bulgaria, único país fronterizo con el que existían unas relaciones de aceptable buena vecindad (Sofía había brindado su reconocimiento tempranamente, en enero de 1992, siendo la primera capital en dar ese paso), y se acercó a Turquía e Italia para que abogaran en su favor ante el Gobierno de Tirana y pudiera funcionar un eje de transporte terrestre desde Estambul hasta el puerto albanés de Durrës a través de Sofía y Skopje.

A las elecciones generales del 16 y el 30 de octubre de 1994, que estuvieron ensombrecidas por defectos de procedimiento y acusaciones de fraude, el partido de Crvenkovski acudió aliado con el LP y el SPM bajo la sombrilla de la Unión por Macedonia (SM) y se adjudicó una contundente mayoría absoluta de 96 escaños en la Sobranie o Asamblea. El 28 de noviembre el jefe socialdemócrata presentó el nuevo Gobierno, que, al descolgarse el NDP, era cuatripartito. Este ejecutivo se mantuvo hasta el final de la legislatura, con la salvedad de la expulsión por Crvenkovski, el 10 de febrero de 1996, de los ministros del LP, por diferencias con el líder de esta formación y presidente de la Sobranie, Stojan Andov, sobre la privatización de las obsoletas empresas industriales y otras divergencias de índole personal. Esta crisis gubernamental costó a Crvenkovski una tarascada con Gligorov, partidario de mantener a los liberales en el Ejecutivo.

Crvenkovski asumió su segundo Gobierno con las promesas de establecer relaciones de amistad y cooperación con los países vecinos, avanzar decisivamente en la integración de Macedonia en las organizaciones europeas occidentales, reestructurar la economía con políticas liberales de mercado y combatir implacablemente la corrupción y el crimen organizado, que presentaban niveles desaforados. Finalizado el período, las dos primeras metas podían darse por conseguidas y la tercera se quedó a medio camino; en cuanto al cuarto objetivo, el fracaso fue total.

Por de pronto, el Gobierno de Crvenkovski se apuntó a lo largo de 1995 una serie de éxitos diplomáticos que, junto con el levantamiento del embargo internacional a Yugoslavia, fueron en beneficio de la maltrecha economía de este país encajonado de los Balcanes. El 13 de septiembre Nueva York fue el escenario de la firma con Grecia de un Acuerdo Interino por el que Skopje consentía en cambiar de enseña nacional y Atenas, a cambio, levantaba el bloqueo comercial y admitía prestar un reconocimiento básico.

Las dos partes fueron solventes: el 5 de octubre la Sobranie aprobó la ley sobre la nueva bandera nacional, consistente en un diseño rojigualdo que mostraba un sol radiante, el cual no dañaba las susceptibilidades griegas. El 14 de octubre Atenas, coincidiendo con la entrada de Macedonia en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), levantó el embargo y seis días después vino otro acuerdo para la apertura de oficinas de enlace en las respectivas capitales. Ahora bien, Grecia se negó a hacer lo propio con su veto a la designación estatal de República de Macedonia, así que la ONU continuó usando la forma FYROM. Se abrió una mesa de negociación bilateral sobre la espinosa cuestión, pero al punto se reveló como un diálogo de sordos.

1995 conoció también la normalización de las relaciones diplomáticas con Croacia y Bosnia-Herzegovina, y en abril de 1996 fue la República Federal de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) el Estado vecino que aceptó intercambiar embajadores. En añadidura, el 15 de noviembre de 1995 Crvenkovski firmó en Bruselas el documento marco de adhesión al programa Asociación para la Paz de la OTAN, seis días después de que Macedonia fuese admitida en el Consejo de Europa.

El recrudecimiento de la violencia en la vecina Kosovo, provincia bajo soberanía de Serbia pero mayoritariamente habitada por albaneses étnicos, acrecentó los temores y las tensiones en Skopje. Crvenkovski se apresuró a buscar cobijo en el manto protector de la OTAN, pero de manera que no fuera percibido como una amenaza por el régimen de Slobodan Milosevic en Belgrado, el cual, dentro de una hipotética estrategia de desestabilización regional para poner las cosas aún más difíciles a los aliados occidentales que le ultimaban a cesar la represión en Kosovo so pena de una intervención militar, bien podría agitar las ya de por sí turbulentas aguas en Macedonia, donde crecían las actitudes de solidaridad paneslava y proserbia. Con menos complejos abordó el primer ministro macedonio la aproximación a la Unión Europea (UE), con la que el 20 de junio de 1996 se concluyó un Acuerdo de Cooperación acompañado de un protocolo financiero, el cual entró en vigor el 1 de enero de 1998.

En la primavera de 1998, cuando la crisis de Kosovo se adentraba en una fase de guerra abierta entre los guerrilleros albaneses del independentista Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) y el Ejército serboyugoslavo, y a Macedonia comenzaban a llegar miles de refugiados albanokosovares, el primer ministro solicitó a la OTAN una presencia activa, aunque indirecta, en Macedonia, a modo de protección y disuasión de cualesquiera fuerzas del teatro bélico kosovar que pretendieran convertir a Macedonia en otro frente de luchas. Esta implicación de la OTAN consistió en el ejercicio aéreo Determined Falcon, efectuado en junio, y unas maniobras terrestres multinacionales que se desarrollaron en septiembre.

En añadidura, Crvenkovski subscribió en Skopje el 23 de agosto con el primer ministro de Albania, el socialista Fatos Nano, una declaración que apostaba por la estabilidad política de la volátil región y que comprometía a las partes tanto en el capítulo de las relaciones bilaterales de los dos estados como en sus respectivas políticas internas. Asegurar las buenas relaciones con el país vecino era tanto más urgente cuanto que extremistas albaneses de Kosovo y de la propia Albania empezaban a enarbolar la bandera de la Gran Albania, con explosivas repercusiones en Macedonia.

Si Kosovo era un foco de desestabilización política y social, Albania no lo era en menor medida, afectando a la economía y el imperio de la ley. El caos que se adueñó del país adriático en marzo de 1997 espoleó el tráfico de mercancías ilegales y todo tipo de negocios criminales a ambos lados de la frontera, poniendo en cuestión la eficacia de las fuerzas de seguridad macedonias y haciendo naufragar la campaña anticrimen y anticorrupción anunciada por Crvenkovski, quien nunca resultó convincente en este terreno. A las metástasis albanesas se les sumaron en casa un rosario de fraudes financieros y de imputaciones de corrupción contra miembros del Ejecutivo, lo cual, más el fracaso final de Crvenkovski en sus intentos de asentar un modus vivendi con la comunidad albanomacedonia y con la guerra en Kosovo como telón de fondo, animó al VMRO-DPMNE a redoblar su acoso al Gobierno mediante manifestaciones callejeras e interpelaciones parlamentarias.

El fuerte descontento popular por la actuación de Crvenkovski y su equipo arrastró a los tres partidos del Gobierno a una derrota sin paliativos en las elecciones del 18 de octubre de 1998 frente a la coalición Por el Cambio que integraban el VMRO-DPMNE y el nuevo partido Alternativa Democrática (DA) de Vasil Tupurkovski, la cual obtuvo 63 escaños y superó a la SDMS en 35 actas. El 30 de noviembre Georgievski formó un Gobierno de coalición con su aliado electoral y el Partido Democrático de los Albaneses (de siglas DPA en el idioma macedonio y PDSh en el albanés), lanzado por Arben Xhaferi luego de separarse del PDP.

Crvenkovski condujo desde la Sobranie una oposición muy áspera, recurriendo a las mismas recriminaciones y tácticas de erosión que Georgievski le había dirigido a él con tan buenos resultados en las urnas, con lo que acusador y acusado simplemente permutaron los papeles. Crvenkovski denunció permisividad de la corrupción, ineptitud en la gestión económica, espionaje político contra su partido y, finalmente, condescendencia con las exigencias de más derechos de la minoría albanesa, por todo lo cual reclamó la dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas. Con motivo de la campaña para las presidenciales de octubre de 1999, en las que, a la postre, el candidato de la SDSM, Tito Petkovski, fue derrotado por el postulante del VMRO-DPMNE, Boris Trajkovski, Crvenkovski jugó a fondo la carta nacionalista y empleó abundante retórica antialbanesa y contra la OTAN.

La actitud beligerante de Crvenkovski, que, por lo demás, se inscribía en la cultura política local caracterizada por los tonos revanchistas y los discursos oportunistas, mostró su lado más inconsistente a partir de la crisis étnica, con visos de guerra civil, que deflagró finalmente en marzo de 2001 con el alzamiento en armas del denominado Ejército de Liberación Nacional (UCK) en las áreas fronterizas con Kosovo. El líder socialdemócrata, moviéndose en clave preelectoral, cubrió de catilinarias al Gobierno por haber sido incapaz de impedir el estallido y, ahora, de sofocar la subversión en marcha, y osciló entre el rechazo a las presiones internacionales para que se negociara con el ala política del radicalismo albanés sobre la base de sus demandas (equiparación constitucional de derechos nacionales y lingüísticos, y proporcionalidad de empleos en las funciones públicas) y los llamamientos, precisamente, a evitar un tratamiento exclusivamente militar de la rebelión, ya que "librar una guerra contra todo el mundo no salvará a Macedonia".

Crvenkovski arrancó de Georgievski la formación, el 13 de mayo de 2001, de un Gobierno de unidad nacional cuyas carteras de Exteriores y Defensa fueron para la SDMS, con el objeto de presentar un frente de unidad estatal en un momento de emergencia nacional y hasta la celebración de elecciones en 2002. Pero el 21 de noviembre Crvenkovski abandonó el Ejecutivo para no comprometerse con la aplicación, arriesgada en términos de rentabilidad electoral por su impopularidad en amplios sectores de la población eslava, del paquete de reformas constitucionales aprobado por la Sobranie días antes y que era uno de los compromisos asumidos por el Estado en los acuerdo de paz alcanzados en Ohrid el 8 de agosto.

El documento que detuvo el conflicto armado, considerado una especie de claudicación por los partidos eslavomacedonios, fue firmado bajo fortísimas presiones de las potencias europeas y Estados Unidos el 13 de agosto en Skopje por Crvenkovski, Georgievski, Xhaferi y el cabeza del PDP, Imer Imeri, más el presidente Trajkovski. Con su salida ahora del Gobierno, Crvenkovski, además, excusaba compartir responsabilidades por las provocaciones a la comunidad albanomacedonia cometidas por la Policía paramilitar que estaba a las órdenes del ministro del Interior, el radical del VMRO-DPMNE Ljube Boskovski. Tal comportamiento de las fuerzas de seguridad macedonias mereció la reprensión de los países de la OTAN que estaban implicados con varios centenares de soldados en el desarme de la guerrilla, la vigilancia del cese de las hostilidades y la protección de los observadores de la UE y la OSCE, mediante las operaciones Cosecha Esencial y, desde septiembre, Zorro Ámbar.

La estrategia de Crvenkovski de escamotearle al debilitado gobierno de Georgievski, fuera del mínimo consenso partidista, el respaldo imprescindible para alumbrar los aspectos constitucionales de los acuerdos de Ohrid y de hacerle quedar como un equipo de gente atrapada entre la insolvencia y los prejuicios políticos, dio sus frutos. En las elecciones legislativas del 15 de septiembre de 2002 la coalición Juntos por Macedonia, formada por la SDSM con el Partido Liberal Democrático (LDP) y una pléyade de grupúsculos ecologistas y representantes de diversas minorías étnicas, cosechó el 40,5% de los votos y justo la mitad de los escaños de la Sobranie, 60, de los que 43 correspondieron a los socialdemócratas.

De inmediato, Crvenkovski emprendió negociaciones para formar un Gobierno de coalición con el LDP y el partido albanés más votado (el 11,9% de los sufragios y 16 escaños), la Unión Democrática por la Integración (DUI, BDI en su sigla en albanés) de Ali Ahmeti. Responsable político y comandante de la ya desmantelada UCK en la crisis del año anterior, Ahmeti también había moderado ostensiblemente su discurso en vísperas de las elecciones para no autodescalificarse ante los gobiernos occidentales, que instaban a la formación de un Gobierno estable y plenamente comprometido con la democracia multiétnica y la aplicación leal de los acuerdos de Ohrid, aunque sobre él pendía una orden de búsqueda y captura por terrorismo.

Crvenkovski explicó que "no había alternativa" a la participación de la DUI en el Ejecutivo a pesar de sus recentísimos antecedentes subversivos y terroristas, ya que representaba a más de la mitad de los albanomacedonios y su marginación del poder "sólo supondría problemas", instando de paso a Xhaferi a formar un "frente común en la defensa de un Estado y unos valores comunes. Ahora bien, Crvenkovski puso como condición a la DUI que no designara ministros implicados en las violencias de 2001. El 7 de octubre Trajkovski dirigió a Crvenkovski el mandato formal para formar el Gobierno y el 1 de noviembre la Sobranie aprobó por 72 votos contra 28 el gabinete tripartito, que entró en funciones acto seguido.

En el año y medio siguiente, Crvenkovski dirigió un ejecutivo atareado en promover e implementar las reformas legislativas proalbanesas pendientes desde los acuerdos de Ohrid, insuflar vida a una economía comatosa que a duras penas salía de la recesión, recortar el paro masivo, superior al 30%, erradicar los coletazos terroristas de baja intensidad a cargo de elementos recalcitrantes del oficialmente desaparecido UCK, apartar de la escena también a determinados grupos paramilitares vinculados al radicalismo eslavomacedonio, requisar las numerosísimas armas de fuego en manos de la población civil y combatir a las omnipresentes tramas del contrabando, el narcotráfico y el resto de actividades del crimen organizado, amén de la corrupción política y administrativa.

Aunque las políticas estructurales iban a precisar un período de tiempo mucho más prolongado para valorar sus resultados, la segunda gestión de Crvenkovski ofreció un balance discretamente positivo cuyos aspectos más destacados fueron el regreso al país de unas condiciones de seguridad relativamente aceptables, por lo menos en el terreno de las relaciones entre las comunidades -aunque la desconfianza mutua siguió siendo muy alta-, la reactivación económica -pero dejando intactos los preocupantes niveles de desempleo y pobreza- y la instalación de un clima de estabilidad política muy positivo.

A este último avance contribuyó Crvenkovski con iniciativas para moderar el antagonismo tradicional que enfrentaba a su partido con el VMRO-DPMNE (en cuyo liderazgo Georgievski fue reemplazado por el más moderado Nikola Gruevski) y mediante la cohabitación constructiva con Trajkovski, la cual, salvo algún encontronazo, como a la hora de nombrar al nuevo comandante en jefe del Ejército, no chirrió. Además, el diálogo con la DUI produjo acuerdos de alto significado político, como la autorización del uso del idioma albanés en los pasaportes nacionales de los miembros de esa comunidad y el reconocimiento por dicho partido de los símbolos y las fronteras del Estado macedonio, gesto que ayudó a diluir los pruritos secesionistas que pudieran quedar y dio carpetazo a la entelequia panalbanesa.

La paulatina disminución de los peligros para la seguridad empujó a la OTAN a rebajar el nivel de su asistencia sobre el terreno. El 16 de diciembre de 2002 Zorro Ámbar fue reemplazado por un dispositivo más modesto, Armonía Aliada, y el 31 de marzo de 2003 la Alianza Atlántica entregó el testigo a la UE, que lanzó en Macedonia su primera operación militar, EUFOR-Concordia, desarrollada por 400 uniformados. El 15 de diciembre de 2003 EUFOR-Concordia fue a su vez relevada por la misión EUPOL Próxima, de carácter civil y consistente en 200 agentes policiales.

El Gobierno de Crvenkovski recorrió un trecho en el largo camino que, algún día, debería cruzar la meta del ingreso en la UE (hoy por hoy sin fecha, ni siquiera aventurada) avanzando en la implementación del Acuerdo Interino que preveía alcanzar un área conjunta de libre cambio en 2011. El Acuerdo Interino, firmado el 9 de abril de 2001 y en vigor el 1 de junio siguiente, tenía como objetivo desarrollar de inmediato los aspectos comerciales del Acuerdo de Estabilización y Asociación (AEA), primero de este tipo entre un país balcánico occidental y la organización europea, y firmado también el 9 de abril de 2001, sin tener que esperar a que concluyera el proceso de ratificación de éste último por los parlamentos de los estados miembros de la UE. Más ambicioso e integral que el Acuerdo de Cooperación de 1996, al que reemplazaba, el AEA establecía un diálogo político sobre Derechos Humanos y sobre la protección de las minorías en democracia, si bien no comprometía a los Quince (desde mayo de 2004, los Veinticinco) en una estrategia de preadhesión.

Skopje llamaba con insistencia a las puertas de la UE, pero también a las de la OTAN, y aquí la llave la tenía Estados Unidos. Crvenkovski y Trajkovski no desaprovecharon una serie de oportunidades que el unilateralismo de la política exterior de Washington les brindó para caer en gracia ante la administración de George W. Bush, obteniendo réditos políticos y asumiendo un mínimo de coste material.

Un carácter simbólico tuvieron la citación de Macedonia entre la treintena de estados que aceptaron aparecer ante la comunidad internacional como asociados de Estados Unidos en la inminente invasión de Irak en marzo de 2003, y luego el envío al país ocupado de un pelotón de 28 soldados de operaciones especiales que no se insertó en ninguna de las dos divisiones multinacionales (comandadas por el Reino Unido y por Polonia), sino que se subordinó directamente al mando militar estadounidense. El Gobierno afirmó que participación de Macedonia en la ocupación militar de Irak servía para "probar el compromiso asumido con la OTAN".

En añadidura, el 30 de junio de 2003 Macedonia y Estados Unidos firmaron un acuerdo bilateral que otorgaba inmunidad a todo ciudadano del segundo país establecido en el primero frente a la jurisdicción extraterritorial de la Corte Penal Internacional. La prohibición de extraditar a la CPI a sospechosos de haber cometido crímenes de guerra o contra la humanidad tenía un carácter recíproco (pese a que Macedonia era firmante y ratificante del Estatuto de Roma que instituyó la CPI) y se selló justo un día antes de expirar el plazo dado por Estados Unidos a una larga lista de países para que se avinieran a ese paso so pena de afrontar sanciones de tipo militar; al plegarse Macedonia a las exigencias norteamericanas, preservó su elegibilidad para un determinado nivel de cooperación militar con Estados Unidos. Además, en Skopje jalearon como un éxito diplomático de primer orden el empleo del término Macedonia en lugar de FYROM en el documento del acuerdo.

El 26 de febrero de 2004 Crvenkovski se encontraba en Dublín para entregar a la Presidencia irlandesa del Consejo de la UE la solicitud macedonia del ingreso en la organización cuando le comunicaron la noticia de que, esa misma mañana, el avión que transportaba al presidente Trajkovski a la ciudad bosnia de Mostar, donde pensaba tomar parte en la Conferencia Internacional de Inversiones en Bosnia-Herzegovina, se había estrellado en la vecina república ex yugoslava. Sin confirmarse todavía el fatal desenlace del siniestro aéreo, el primer ministro interrumpió su agenda, regresó a Skopje y convocó una reunión urgente del Gobierno en la que se declaró "perdido" a Trajkovski, quien, como manda la Constitución en los casos de vacancia, fue sustituido en funciones por el presidente de la Sobranie, Ljupco Jordanovski, de la SDSM. Al día siguiente se hallaron los cadáveres de Trajkovski y sus ocho acompañantes, a los que se les tributaron unos solemnes funerales de Estado.

La trágica desaparición de Trajkovski trastocó el curso político, ya que tuvieron que convocarse elecciones presidenciales anticipadas, para los días 14 y 28 de abril. Consciente de que en la SDSM no había figuras de gran peso político y ante lo exiguo del plazo, Crvenkovski prefirió postularse él mismo y así, prácticamente, asegurar para su partido la titularidad de una oficina que, no obstante estar supeditada al Gobierno en el reparto de poderes, aunaba unas funciones moderadoras internas y un rol internacional susceptibles de conferir un impulso decisivo a los grandes objetivos políticos que se había trazado. El 22 de marzo Crvenkovski estuvo de vuelta en Dublín para, ahora sí, presentarle al primer ministro Bertie Ahern la solicitud de membresía en la UE, y luego se concentró en una campaña electoral que jugó a su favor desde el primer momento, ya que no le salieron contrincantes de talla. Por otra parte, el 1 de abril, concluido el proceso de ratificación nacional, entró en vigor el AEA con Bruselas.

El 14 de abril el todavía primer ministro se puso en cabeza con el 42,5% de los votos, seguido de Sasko Kedev (VMRO-DPMNE) con el 34,1%, Gzim Ostreni (DUI) con el 14,8% y Zidi Xhelili (DPA) con el 8,6%. De cara a la segunda vuelta operó, tal como se esperaba, la transferencia en masa del voto albanés al candidato socialdemócrata, así que el 28 de abril Crvenkovski se proclamó presidente frente a Kedev con un contundente 60,6%. El VMRO-DPMNE y su candidato protestaron vivamente por lo que les parecía "la mayor falsificación electoral en la historia de la Macedonia independiente". La OSCE concluyó que las elecciones habían sido "en general consistentes" con sus estándares de calidad democrática, aunque señaló irregularidades. El 12 de mayo Crvenkovski tomó posesión con un mandato quinquenal y la función de primer ministro la tomó la segunda de abordo en el Gobierno, Radmila Sekerinska, que desde el comienzo de la campaña electoral ya venía sustituyendo a Crvenkovski en las reuniones del Consejo de Ministros.

Tal como había hecho Trajkovski con respecto al VMRO-DPMNE, y pese a que la Carta Magna limitaba la incompatibilidad institucional al desempeño de funciones orgánicas en un partido político y no prohibía la mera filiación, Crvenkovski se dio de baja como militante de la SDSM para ser el "presidente de todos los macedonios". El 14 de mayo designó primer ministro al titular del Ministerio del Interior, Hari Kostov, un servidor público de su entera confianza y muy en su línea de moderación, reformismo y vocación europeísta y atlantista, el cual superó el preceptivo voto de aprobación de la Sobranie el 2 de junio.

(Cobertura informativa hasta 8/10/2004)